Amor éxtasis

o la reunión con Laurie

Lo que esta noche agradaba a Pedro, es el hecho de que Laurie en primer lugar haya sido el autor de las algunas líneas que había observado en el libro de las huéspedes en Amadeus y Regina. Una joven mujer que con candor y entusiasmo había escrito algo como esto que se acordaba aún: 

El registro contenía, junto a los escritos en alemán, pocos comentarios en lengua inglesa. Allí tenía aún más que procedían de francés, suizos, holandés, de algunos suecos. Los Ingleses que venían aquí estaban en realidad a favor de la mayoría de los militares americanos colocados o en el Palatinado del lado de Ramstein, Landsthul o Pirmasens o del lado de Heidelberg o también de Frankfurt. Se redactaba un testimonio en canadiense; era un par de piloto basado a Solingen que en salida para Quebec había venido a pasar aquí últimos momentos en Europa con europeos. La mujer lo escribía: ¡este último recuerdo sería para siempre también el primero en su corazon cuando reconsideraría a Europa!  

Pedro y a Françoise le gustaba leer estas líneas. Contenían sentimientos muy a menudo de una sinceridad brillante y que no podían diferentemente decirse durante los debates o intercambios de mensaje, a tabla o a la cama. En estas líneas se encontraba todo el calor entrojado la noche que duraba al contacto de los unos y de los otros. Un calor que no se envolvía por una parte intelectual sino que era simple, directo, verdadero. Por eso simple y directo y bienfais que cuando se había manifestado y había crecido enérgicamente en cada uno y cada una cuando se la habían intercambiado así piel contra piel. Pedro de consecuencia, la primera vez, lo había presentido: la lengua que leía abriendo este libro estaba más bien que la única lengua de las palabras. Ciertamente sabía que no hay pensamiento fuera de las palabras pero las palabras que figuraban aquí antes de inscribirse en una frase, habían vivido en miradas, caricias, presiones, suspiros, deseos, besos. ¡Salían de salivas intercambiadas, de esperma y de cyp mezclados, de sudor transmitido oh no con de montón gente! ¡. más a menudo últimamente debido al SIDA, que con el único socio marital y legítimo! …mais estas palabras venían sobre todo de la lengua de los cuerpos. De esta lengua de los cuerpos cuyos muchos poetas como Pedro habían dicho que estaba el solo de poder transportar la verdad de los seres. Era por otra parte después de haber percibido eso que la primera vez que habían venido aquí, Pedro no había escuchado a Françoise que quería volver a salir tanto él le era aún difícil ella imaginarse hacer el amor en medio de otros pares.  

 Esta primera vez, fue un viernes por la noche. Amadeus les había dicho venir la primera vez un viernes por la noche. Habría menos mundo y aún más tiempo y lugar para insertarse durante la tarde en el movimiento general de la casa. A partir de la entrada y la recepción sobre el paso de la puerta por Amadeus y Regina, sentían que aquí no estaban en un club, incluso un “pärchen club” sino en una extensa residencia que los amos del lugar habían arreglado para ellos y los que querrían juntarlos y bien compartir una determinada manera de conducirse con otros. Un dos, Amadeus presentaban más el de señales capaces de expresar su filosofía. Pedro, para conocer bien las relaciones humanas, experimentaba la importancia del no verbal. Inmediatamente lo que lo afectó en Amadeus, fue la corta cola de caballo en su peinado así como su aspecto agazapado y bedonnant. La expresión era viva, calurosa. Las palabras empleadas destacaban una cortesía extrema, el sentido del detalle para retirarles toda preocupación. Todo el movimiento de la persona tendía a empujarles en un clima de confianza. La invitación hecha de visitar la casa y recorrerlo libremente no hizo más que confirmar la impresión de libertad y tolerancia que impregnaba a este hombre. Pedro trajo sin embargo esta impresión a más justas proporciones. La manera de arreglar su cabello tenía una connotación típicamente hindú. La gordura prestaba un poco más a confusión pero era necesario bastante rápidamente descartar la idea que representaría esta señal de riqueza así compartida en Alemania. En absoluto había un tinte épicuri y Pedro incluyó que se trataba del verdadero épicurisme. El hombre no se detenía a filosofía de la incertidumbre universal. Si su indiferencia podía prestar a una clase de indiferencia sobre un juicio entre el bien y el mal y en eso dejaba a libre su huésped de pensar quien quería sobre lo que pasaba aquí, este aspecto un poco “taoïsme” simbolizado por la cola de caballo debía borrarse ante la racionalidad extrema en torno a la cual se organizaba la casa. Había del materialismo atómico en la manera en que cada objeto se guardaba, un lado suficiente para recordar la intimidad de un hogar, otro igualmente equilibrado para mostrarles que aquí, era el hogar de otros pares y que era necesario pues doblarse a una norma común para restaurarse, servirse a la bobina, desnudarse, tomar sus toallas, circular de una parte haciendo lo que se quiere, sin nunca obstruir otros. En allí reflexivo, Pedro incluyó que esta vía del verdadero épicurisme era la clave probablemente del éxito de esta casa aunque evidentemente, Amadeus y Regina podían a ocio hablar de Wilhelm Reich y de sus teorías. Pedro al sonréir, se lloviera a pensar que como él, Amadeus desafiaría el aspecto por demasiado clínico de las experiencias reichiennes, aspecto que había sido una de las principales causas de fracaso. 

Amadeus se doblaba en courbettes delante de cada puerta para dejar entrar a Françoise. Eso divirtió a Pedro. Françoise que debía tanto amabilidad respondía por marcas de gran satisfacción. Se habría creído que tomaba posesión de una casa de lujo y recorría las partes con la mirada con experiencia de la maestra de casa que ya trasladó más el una vez. Después el restaurante, de los pequeños salones, la gran parte de agua embaldosada y sus cuatro columnas al romano que rodeaban una piscina circular que podía contener una docena de adultos, la sala de juegos con en una esquina el “wash-mac” tradicional y en la otra esquina la vista sobre la piscina exterior, el jardín luego detrás de aún, el bosque, Amadeus se estableció al pie de la escalera. Observó derecho en los ojos Françoise para decir que no había visita de las partes de la cumbre, esto para no molestar los pares que se encontraban. Hay después de haberse desnudado en el vestuario de a de la parte de. Amadeus le precisó que debía sin embargo volver a poner un pequeño calzón para ir en la sala del restaurante, lo que lo hizo enrojecer inmediatamente. Pedro estalló de reir y Amadeus él se dignó él también sonréir. Trastornada françoise, condescendió también a reir. Amadeus hizo señal a Pedro de venir a al contador pagar. Pedro invitó a Françoise a volverse al vestuario, lo que se negó, no queriendo ponerse desnudo, sola, en medio de una parte donde podía ocurrir cualesquiera. Acompañó a Pedro luego ambos correspondió al vestuario. Pedro comenzó por leer el registro de las huéspedes y Françoise que encuentra el pretexto bueno para retrasar el vencimiento hizo así mismo. Después de un último debate tempestuoso donde Pedro dût demostrar firmeza, la impaciencia tomó finalmente la parte y se desnudaron. 

Llegados al piso, cogieron toallas. Pedro decidió tomar en primer lugar una ducha. Françoise aceptó, recordándose que al principio de su encuentro, en su habitación de estudiante, Pedro deseaba siempre hacerle una higiene personal. Sorpresa la primera vez, había terminado por hay de la orden sobre todo bajo los golpes de lengua de su amante, ofreciéndose tanto ma’s más abiertos cuanto que ella se sabía propia. Después de una corta reflexión la vez allí, había aceptado volverle la similar, haciendo confianza al hecho de que era ella que le había lavado el sexo… ¡Comenzar esta nueva experiencia por este viejo ritual él llovió y bajo la ducha, tendió sus nalgas como antes!

¡Decidirse penetrar en una habitación no era fácil! Cerca del salón vídeo, la habitación azul tenía una puerta esmaltada al vidrio translúcido. Los cuerpos que se percibían se rodeaban con una tendrán blanca fluorescente. El método era sorprendente y cautivante. Su socio se iluminaba hasta cierto punto y más que su cuerpo, era sobre todo sus movimientos, su silueta que se ponía en valor. Al límite máximo y sobre las paredes, pequeñas estrellas brillaban, animadas por los reflejos de la luz azul fluo. Alargado, se encontraban como bajo la bóveda de los cielos. Esta parte se llamaba por otra parte “DAS sternchen-zi”. Pedro hay pero Françoise se opuso. Toda la gente que pasaba en el pasillo echaba un vistazo prolongado en la habitación y no soportaba eso. ¡Exhibirse! ¡…oui! ¡decía pero solamente si los otros hacen similar! Prefería la reciprocidad en los asuntos y formada a la contabilidad doble, contaba lo que daba y lo que recibía. Participar en esta clase de tarde consistía para ella en dar mucho; tomaría pues sus precauciones para recibir mucho también. Una segunda habitación tenía una puerta llena. Dentro la luz era anaranjada. Este color caliente era una invitación. En el fondo de la parte, la pared estaba cubierta con espejos. No permanecía ya muchos coloca. Al medio, una joven mujer quien se veía de espalda coincidía a un hombre. Su cabello rubio ondulaba sobre sus hombros al ritmo de los movimientos de su cuenca. Se instalaban otros pares muy alrededor de modo que no se veían sus nalgas. Pedro quiso entrar. Françoise volvió a cerrar la puerta y prefirió ver a otra parte. Dedujo que buscaba un lugar donde sin hacer proezas, podía a pesar de todo ponerse en valor y no ser suplantada por otra que todos observarían. Era en su temperamento querer ser todavía la primera. Pedro se dirigió hacia el fondo del pasillo y se preparó a abrir otra puerta. Ella misma françoise quiso abrirlo para no sentirse obligada seguir siempre a Pedro y para intentar también tomar como podía un parecido de iniciativa en el asunto.  

Es entonces Laurie apareció. La delgada, joven mujer tenía detrás ella en una mano su toalla, de su brazo derecho había abierto la puerta y su gesto fue desequilibrado por el movimiento de Françoise que también había extraído contra la puerta. Su cabeza vuelta de de la parte de los gusanos la parte proseguía el debate con el hombre que la seguía cuando se dio la vuelta. Su mirada hundió hacia Françoise para medirlo luego sobre el hombro de Françoise vino a detenerse en los ojos de Pedro. Luego la cara reanudó su movimiento. Se reía ruidosamente y tenía grandes gestos desordenados como puede tenerlo una persona a la cima de la excitación. Falló trastornar a a Françoise y pasó delante de Pedro como un relámpago. No vive sacar Dan y permaneció establecido para ver alejarse el cuerpo de esta mujer que sintiéndose observado y tomado un poco en defecto en esta exuberancia demasiado manifiestamente indicada, se volvía a poner derecho y adoptaba un planteamiento más contorneado como conviene a una mujer cuando siente en su espalda el peso de una mirada. Pedro constató que había vuelto a poner sus brazos a continuación, que veía pues el conjunto de su espalda. Pudo exactamente colocar su mirada sobre sus nalgas y sobre sus piernas y la joven mujer desapareció en la sala de las duchas. Vive hay y oyó aún las risas de la mujer que el ruido de la ducha termina por obstruir. Françoise lo hélait ruidosamente y volvió a entrar en la parte. Esta mujer, esta expresión, sus ojos y su mirada lo deslumbraban. Rápidamente, se recordó la espalda de este cuerpo para comprobar que la imagen bien introducción de datos correctamente. Ciertamente aparte de la cara y esta mirada que taladraba, faltaba la imagen del frente… los senos, el vientre, el paño pero su decisión ya se tomaba de recoger este plan. Observó entonces la parte.  

En esta habitación, Laurie y Dan habían hecho el amor. Al salir, Laurie era radiante, desbordante de vivacidad y Pedro dut constatar que era la primera vez que había percibido la cara tan radiante de una mujer. Este cuerpo de pie en movimiento, ondulando, reiéndose, hablando, gesticulant, esta toalla fripée que tenía a la mano y que había puesto bajo ella para no manchar el paño certificaban que habían intercambiado algo que formaba parte de la definición de la felicidad. Esta felicidad se contenía en todo el espacio que entraba en contacto con ella. No se confinaba en la única sonrisa, no se confinaba u’nicamente a la cara que de ordinaria Françoise permaneciendo había alargado inmóvil sobre la cama. Pedro estaba contento que la tarde comenzó bien así, así muy. Poeta, había tenido m de las palabras y del juego estúpido que se podía hacer; por otra parte estúpido es el anagrama de conflicto y siempre se había pegado ferozmente contra la estupidez de la gente. A continuación había tenido m de explorar a la gente en la calle, a su trabajo, en su coche en tren de correr el riesgo por omisión de aplastar su próximo. Los relatos de guerra, masacre y genocidio le mostraban aspectos menos ordinarios del humanos pero incluso los gritos de rebelión que adolescente había lanzado a los otros, finalmente lo habían cansado. Las caricias, los placeres compartidos con Françoise le habían revelado la cara esencial que esperaba humanos y de consecuencia, esta noche, esta joven mujer venía a confirmarlo en su búsqueda actual: ver, participar y compartir momentos con otros que, si se les salía bien, vendrían a finalmente convencerlo y tranquilizarlo que no había sobre de tierra que extranjeros indiferentes, malévolos. y que una comunión era posible. ¡No era ya Brecht en busca del “gute mensch von Sezuan”, aquí y ahora poseía lleno los ojos la felicidad de esta joven mujer después del amor!

  Esto se terminaba estas que los hombres miran hacia las mujeres con esta mayor impertinencia por el hecho de una cobardía que por adelantado sabe que ningún otro contacto será posible. Aquí, las mujeres estaban desnudas y no ocultaban su sexo apretando las piernas. La mirada intercambiada llevaba su responsabilidad: sabían cruzando su mirada si esta mujer aceptaría o no su enfoque. ¡A ustedes de aclararse para ir hacia ella y si no hay, entonces a nunca se llevarían el recuerdo de una relación faltada, de una mirada que se habría perdido, de un poco de luz que se habría apagado y vergüenza ustedes de perder así la vida… esta vida que so’lo pedía a gustar!

¡Más miserable aún podían ser si por su pasividad no se dignen colgar el gesto que hacía discretamente hacia ustedes! ¡Aquí, no podían permanecer en ustedes, era necesario salir ustedes e ir hacia otros, comenzando por la que compartía su vida fuera de estos momentos!  

Al ver y revisar la mirada de Laurie, Pedro se convenció de la promesa de comunión que había. ¿Esta comunión pertenecía a su camarada, era la consecuencia, la continuación de lo que acababan de vivir o entonces esta comunión era tal que, Pedro, por el simple hecho de cruzarla, le formaba también ahora parte? Sí, Pedro se acordó de algún Tantras budistas y la actitud del tantrisme hacia las pasiones. ” se puede hasta alcanzar la realización con eso que conduce a la caída” y aún “las pasiones pierden su carácter de impureza cuando se vuelven absolutas, es decir, fuerzas elementales, como el fuego, el agua, la tierra, el viento”. No, no era culpable haber taladrado con su mirada las curvas desnudadas de este cuerpo femenino ni de conservar esta expresión de felicidad suave leída sobre la cara de esta joven mujer. No, no era un mirón sacud de un deseo celoso perverso y enfermizo. Había encontrado las marcas de una felicidad perfecta y la belleza de este cuerpo femenino magnifiait más aún esta idea súbita que acababa de acaparar su espíritu: tenía allí un absoluto, un movimiento de su alma hacia esta cara susceptible de caracterizar una pasión absoluta. Por otra parte sintió nacer en él detrás de su pasión una fuerza desproporcionada similar a un fuego que emb todo. ¡Pedro reflexiona, reconoció la aparición de un Shakti, una diosa y debió ser una diosa del amor! Quiso conocer el calor del cuerpo de esta mujer, qué momento comenzaría a quemar, a transpirar bajo él, cuando su sexo se licuaba, que râlerait llevada por la fuerza con la cual la tomaría. A continuación leería sobre su cara, en el estremecimiento de sus párpados bajados, de sus labios abiertos, a través de las últimas ondulaciones de su cuerpo, el vigor de la comba que guardaría un último momento, las líneas de este paisaje infinito donde lo presentía, un día futuro podían ya no hacer que uno.

Pedro no pudo no ir lejos ya en el desarrollo fugitivo de sus pensamientos. Françoise lo reclamaba. Tenía dado que Pedro fue impresionado muy por la vista de la joven mujer quien habían cruzado. También había percibido la expresión de esta felicidad pero más simplemente que su marido, quería de consecuencia ir con él en busca aquí de esta misma felicidad. Las paredes, el paño, el alumbrado eran beige crema. Françoise se tenía a lo largo de la pared sobre el asiento acolchado que rodeaba la cama. El paño se tendía sin un pliegue. Laurie y Dan antes de ir e indudablemente Dan solo, había vuelto a poner en orden la parte. La limpieza del lugar convenció a Pedro que tenían asunto a gente muy recomendable y esto aumentó aún su deseo de encontrarlos. Françoise con un pie intentó ir sobre la cama. Como el colchón se llenaba con agua, esta presión creó de la inestabilidad y no sabía demasiado cómo proceder. Pedro reanudó con pragmatismo las operaciones en mano. Le pidió dejar su bustier y su calzón, lanzar bien completamente la toalla en medio de la cama y de dormir. Puesta en confianza, dócilmente, se realizó. Y que más es, Pedro constató que como de costumbre, había abierto sus muslos en una posición cómoda, ni provocante ni púdica, suficientemente estrechada aún para dejar el placer al hombre de abrírselos más amplia, suficientemente abierta para que pueda ver en qué estado se encontraba su sexo. Después de haber intentado algunos movimientos y encontrar el ritmo de un bercement agradable, fijó sus ojos y su gran sonrisa sobre Pedro y desnudo él también, emprendió de dormir junto ella. El agua al clapotant de un final del sobre hacía un ruido loco. Esperó que sus posiciones estén estabilizadas para descubrir sus imágenes sobre los espejos del límite máximo y sobre los de la pared en frente.

Era la primera vez que se veían desnudos uno junto al otro. Se observaron por espejos interpuestos, se sonréieron mudo, un poco torpe. Françoise comenzaba a observar un poco demasiado frecuentemente hacia la puerta, preocupa a la idea que otros podrían entrar. Pedro le descartó entonces los muslos y se aplicó más que generalmente a hacer con su cuerpo movimientos dados ritmo y gracioso ya que veía que fijaba el límite máximo y lo observaba en su espalda. Exageró entonces su movimiento y ella pouffa de reir dejando al mismo tiempo jugar sus manos sobre la espalda de su amante, sus nalgas, como del gamine que juega en su espejo. Pedro lo tomó finalmente más salvajemente. Se habían acostumbrado al colchón que los hacía circular por una parte al otro. Se tachonó a los hombros de Pedro y allí blottit su cabeza. Una breve mirada en la cual él zulaque toda su oferta le dice que estaba lista y aceleró para descargarse en ella. No le dejó el tiempo de descansarse y vino sobre él como le gustaba tanto que lo hiciera. Constatando que Pedro observaba también los espejos, arqueado sus riñones y tomado un movimiento más largo y más amplio. Iba y venía con una aplicación rara, sus pequeños senos formaban el pecho y a veces la cara de su amante. Su mirada se hundía en el de Pedro. Intentaba leer sobre su cara el placer que tenía cada que se pronunciaba y él, se intentaba no traicionarse para hacer durar este placer. Sus dos manos chapadas sobre las caderas de Françoise, la impulsó a sentarse bien profundo sobre su sexo, lo dobló contra él. Después de haberle descartado el cabello de la cara, esto para verla mejor, le acarició las nalgas y con su índice fue al encuentro de sonido pénis, pretendiendo a través de la fina división de carne afectar su bálano como para una masturbación particular. Sacud la cabeza de placer, obstruyendo sus sollozos y sus palabras sobre un colchón que no dejaba de ocultarse bajo sus movimientos. Pedro observaba y ella, sin ir al encuentro de esta mirada, sabía que la observaba, que mostraba muy ella como nunca hasta ahora un hombre no había podido verlo. Ella que quería de observar sus nalgas en los espejos, ella que más joven había hecho ventajosamente algunas ayudas de nalgas con una u otros de sus amigas, que creía dura como hierro al poder potente de su parte inferior sobre los hombres, se decidió finalmente ella lanzar detrás de de la parte de la cabeza para observar ella también el movimiento del pénis y de los dos dedos que la destrozaban. A los pequeños râlements de satisfacción, Pedro incluyó que estaba dispuesta a hacerse tomar a la vez por dos hombres. Vive Dan instalarse contra las nalgas de Françoise y esta imagen él llovió. No se acordaba de ningún detalle del cuerpo de Dan pero puesto que este último besaba a esta joven mujer que lo atormentaba, estaba de acuerdo a darle la parte inferior de Françoise.

  Siguieron siendo anchos detenidamente uno sobre otro. Se reinició a hacer ondular su cuerpo y meció suavemente a su amante sobre las olas que nacían al hueco de sus riñones. De vez en cuando cuando su cabeza se acercaba él, se apoderaba de los labios de su socio y le vertía algunos mares de salivas extremas. Rappuyait a continuación más muy sobre sus muslos, se establecía más profundamente sobre el sexo del hombre para impulsarle hacia abajo a aplastar el colchón e insertarse en el agua. Luego se dejaban levantar por el reflujo, invadidos por una sensación de ligereza que acentuaba la danza de sus cuerpos embrollados sobre los espejos. Tres pares en realidad se movían. ¡Eran los otros, ellos mismos eran y todos se gustaban!

  Tras la ducha, Françoise aceptó entrar en la habitación a los colores anaranjada. Se habría dicho una incubadora tanto los colores de luces se era caliente. Básicamente, adosados a los espejos que empapelaban la mitad inferior de la pared, dos pares se activaban. Era necesario esperar dos a tres minutos, el tiempo que los ojos se adaptan a la claridad, para distinguir claramente que estaba allí. Pedro se había sentado contra la pared en frente de la puerta de entrada. Françoise se tenía del mismo lado pero un poco más en la esquina. En frente ellos, tres otros pares observaban como Pedro y Françoise; entre ellos Pedro reconocido Laurie y Dan. En el fondo de la parte, de los dos pares, el de izquierda recogía la atención. Se alargaba otro y al acariciarse observaba de vez en cuando el primero. Era no obstante Pedro y Françoise que tenía la mejor vista sobre el primer par. El hombre adosado al espejo se tenía sobre el codo izquierdo y de su mano derecha acariciaba el sexo de la mujer. Hacía frente a la sala y se tenía sobre sus codos, una parte de la espalda basándose en el pecho del hombre. Examinaba detrás la izquierda para dejar aún más libertad a las manos del hombre sobre sus senos, su sexo. Destacaba sus muslos colocando completamente la planta de sus pies. Su cabeza iba a continuación, detrás y era sobre todo el movimiento de su larga cabellera que permitía seguir el ritmo. Era grande y la claridad añadía a su bronceado íntegro. A una señal del hombre, decidió su movimiento y colocó su mirada sobre de Pedro que debía el lo más cerca posible observársela. Su cabello acarició subrepticiamente su pecho, cada uno de sus senos pesados y firmes cuyo excelente comportamiento debía deberse a ejercicios físicos regulares. El hombre retiró su mano para permitir a Pedro observarlo enteramente. ¡En esta instalación, no podía ser más bonita! Su paño abundante no podía ocultar su sexo inflado. Los labios seguían siendo apartados y la entrada de la vagina era visible. La mano del hombre reanudó su movimiento, lentamente. Los ojos del hombre fijaban a Pedro. De consecuencia la mujer se volvió a poner a doblar su cuerpo ampliando las caricias que el hombre le prodigaba. Muy rápidamente el ruido que hacían bajo las presiones de la mano los pliegues de carne inundados de cyp subió para invadir la sala. Era el clapotis de las olas. El par era rodeado por este ruido que generaba la reminiscencia potente del mar… un mar que pasaba a lo largo de los muslos de la mujer. El segundo par se inmovilizó para compartir mejor esta atmósfera. Esta evocación espléndida reunía dos enamorados y la naturaleza, el agua, el viento, el mar, la gama, las rocas… Pedro permanecía sorprendido por el espectáculo insospechado que le daban esta mujer y este hombre. Este ruido hablaba del agua, de una fuerza elemental capaz de apoyar un absoluto. Pedro se recordó los tantras. ¡El par no exhibía un defecto cualquiera pero ofrecía la división de una pasión que en su absoluto era completamente pura! Las emociones no eran ya a una fase reactiva banal pero se alzaban a un plan de energías puras, en una unidad vibratoria y purificadora. Eso lo cambió así profundamente de los chirridos de los resortes que el colchón de su cama habían terminado bien un día por sou. Desde, debía siempre controlar su energía para no despertar a los niños, los vecinos. Esta dificultad no lo había puesto sobre la pista de este ritmo mágico, de esta marea que era capaz de reconstruir una mujer. Pedro examinó a Laurie. También era acaparada por esta fuerza elemental del mar, también había purificado su querer para ascender a esta unidad vibratoria. Pedro concluye que Laurie era capaz de incluir el tantrisme y que podía ser un yogin. El hombre activó el movimiento y condujo a la mujer a un orgasmo violento que se manifestó en la comba extrema que tomó su cuerpo. Gritó débilmente, gime, tener del mal a calmar su respiración luego se volvió para venir a abarcar detenidamente su hombre. Se suspendía a su cuello y Pedro pudo admirar toda su espalda, su cabello, sus nalgas, sus largas piernas que se insertaban en la de su amante… lo que los descartaba y permitía ver bajo las nalgas el sexo abierto. Se tuvo permaneció un buen momento así y Pedro del tiempo a profusión para grabar esta visión en su memoria.

  El segundo par tomó la relación. Se había vuelto a poner a abarcarse y a acariciarse. Pedro examinó a Laurie y Pedro. Estaban desnudos y sus manos entrelazadas podían sugerir que se acariciaran recíprocamente. Pedro se puso también desnudo y desnudó a Françoise en esa línea, lo que le desagradó. Luego como los otros pares, Pedro observó al hombre y a la mujer que se gustaba. Se dormía a la mujer sobre la espalda y el hombre, a rodillas, había venido a levantarle la cuenca para en que penetraba entre sus piernas, depositarlo sobre sus muslos. Había cruzado sus piernas detrás de la espalda del hombre para para sujetarse mejor él durante el viaje y se veía eso en el espejo. La tenía firmemente hacia él por las caderas y había lanzado detrás sus brazos colgantes, abandonándose enteramente a la penetración del hombre. La sincronización de sus movimientos era muy armoniosa. La mirada se retrasaba sobre todo sobre la ondulación del cuerpo femenino. Su flexibilidad era cautivante y espléndida la amplificación del movimiento original impreso por el hombre. El paño coronaba la parte más alta del cuerpo femenino y se podía creer que este cojín que recibía los empujes vigorosos del varón, tenía la subvención de reducirlos, transformarlos en estas ondulaciones lánguidas que daban al cuerpo de la mujer esta flexibilidad, esta ligereza, esta gracia incomparable. Muy rápidamente la respiración luego los gritos de la mujer acompañaron los movimientos. Una vez más, la liberación de esta fuerza primaria evocadora manteniendo del viento y el fuego mezclados purificó los hechos y gestos. Anteriormente, la otra mujer había gritado poco. Ésta daba libre curso a su disfrute y en realidad, todos, su incluido amante, se suspendía a esta voz, a estos gritos que iban crescendo. Una única cuestión llenaba ahora los espíritus: ¿¿# hasta dónde esta subida del placer podía ir? Pedro un breve momento se tomó a observar la reacción de los otros espectadores. Laurie adosaba su cabeza sobre el hombro de Dan. Masturbaient abiertamente uno u otro suavemente, enteramente cautivados por el espectáculo. El primer par observaba durmiendo sobre el lado. Françoise observaba también, cautivada. Los gritos de la mujer se volvían insoportables y ponían mal a la comodidad. ¡Algo, un pensamiento aprendido un día podía impulsarles a encontrar eso indecente y con todo su espíritu recibía estos gritos como llamadas, como algo fantastiquement de belleza ya que verdadera, naturalmente verdadera, absolutamente desnudo y verdadero… pura! ¡Era la desnudez del interior del cuerpo que salía y se abría a invadir su propio cuerpo! El hombre se convertía en más violento y se llevaba el cuerpo de su socio hasta levantarlo y afectarlo sobre el colchón para rebotar. ¡El viento y el fuego venían a chocarse con la tierra y el concierto de las fuerzas primarias se volvió que apagan, de un absoluto estupefaciente, de una pureza fantástica! La amplitud de los golpes de riñones que el amante daba permitía ver una parte de sonido pénis entrar y salir del cuerpo femenino. No se ocultaba nada; _ todo ser verdadero. Los gritos se acercaron hasta ya no formar que una explosión de sonidos en primer lugar agudos luego más graves y más profundos hasta morir en una especie de rugido sin respiración, sin voz. Los movimientos se inmovilizaron y el hombre permaneció soldado con autógena a la cuenca de la mujer. La asistencia constataba que tomaba el tiempo de vaciarse enteramente en ella como si incluso la última gota de su placer él no era suficiente para apagar el fuego de su placer ella.  

Luego juntas, las dos mujeres se levantaron. Se volvieron hacia los espejos se recoi. Pedro los sorprendió en tren de observar la asistencia, deseosas que eran conocer los efectos que habían causado. Sucesivamente, recogieron su lencería y seguidas de los dignas hombres, muy derechas y, salieron de la parte; ¡debían bien conocerse! Laurie y Dan les embalaron el paso. Françoise de un único golpe se levantó y tener exactamente tiempo de tomar la puerta que Dan ella tenía abierta. Lo agradeció espontáneamente en francés y le hizo una gran sonrisa. Pedro, siempre sentado observaba, lo que le valió miradas courroucés de Françoise. Lo sacó lo también. La hora era propicia a ir a restaurarse y al seguir Laurie y Dan, se volvieron al comedor. Después de una ducha rápida, los dos pares restantes los juntaron exactamente en el momento en que una tabla en la esquina de la parte acababa de liberarse. Después de haberse preguntado de la mirada los cuatro pares se instalaron, tarea facilitada por la presencia de un asiento dispuesto en u que permitía apretarse. Una vez muy sentada, quedaba por ir a servirse al aparador. Las dos mujeres impulsaron la tabla para levantarse y de la mano, hicieron señal a Laurie y a Françoise de acompañarlos. Los hombres esperaron. Pedro observó a las cuatro mujeres dirigirse hacia el aparador.

  La que había gozado la primera llevaba un body Champaña cuya parte baja estaba con forma de string. Otro llevaba un calzón amplio color enarena con encajes sobre los lados y era todo. Laurie tenía un comportamiento más sofisticado: una pequeña blusa blanca con cordones sobre el frente, un calzoncillos brasileño, un llevarjarretelles blanco con bajos blancos. Su bronceado resultaba tanto de. Françoise no desnudaba en absoluto en medio ellas y eso halagó a Pedro. Su comportamiento aunque más clásico, bustier y pequeño calzón a flores, era de seda comprada por Pedro. Los cuatro tenían casi el mismo tamaño: eran grandes y medían alrededor de un metro setenta y cinco. Pedro incluyó que retrasarse más mucho tiempo en esta contemplación podía parecer torpe frente a los otros hombres y trayendo su mirada hacia ellos, él abrió el debate en alemán. ¿Venían a menudo aquí? …lui, era la primera vez. ¿¿# qué región venían? …et se presentaron. El hombre de la primera mujer se llamaba a Werner, venía de Basilea. Otro prénommait a Sepp y llegaba de Mannheim. Tenían alrededor la misma edad: medio de la cuarentena. Dan se presentó luego a Pedro.

Eran más jóvenes de una decena de años. Los hombres dieron a continuación los nombres de sus esposas: respectivamente Barbara, Sandra, Laurie y Françoise. Los nombres de Dan y Pedro llamaron la atención. Sepp preguntó a Pedro y éste se llovió a observar que el “französiche lebensart” prevalecía tanto siempre al otro lado del Rin. En cuanto a Dan, se desconcertaba a Sepp más bien para preguntarlo, ya sabiendo que era un soldado americano. Suiza tenía el aire simpático pero más bien discreto. Es entonces las mujeres volvieron de nuevo, sus bases ampliamente cumplidas. Françoise estaba aún al aparador decidiéndose cuando los hombres se lo incorporaron. Les cedió el lugar y Pedro vive que su base era a mitad vacía. Conociendo el apetito de su esposa después de un esfuerzo físico así como el carácter tortuoso de sus decisiones, él dut admitir que para ella la comida comenzaba mal ya que parte como eso, iba a permanecer sobre su hambre, causa principal de mal humor en ella.

  Una vez muy sentada y mientras que las mujeres no habían intercambiado conversación, hundidas que estaban en la evaluación calórica de las bases de las unas y de los otros para tranquilizarse íntimamente sobre la elección codiciosa que había tenido razón ellas, Sepp reactivaron la conversación. El comedor so’lo era guirigay tanto la gente hablaban, algunas tablas más que otros y estos asiduos no hacían el mejor efecto. En este ámbito, la palma volvía de nuevo a uno contada de personas en la sesentena, asiduos que fumaban abundantemente jugando al mismo tiempo ruidosamente a las cartas, monopolizando así lugares para el enamorados agotados de esfuerzos que intentaban restaurarse. Sandra en alemán los criticó por otra parte agudamente pero esta contada no podía oír. Sepp fue dirigido a continuación a Françoise en francés muy correcto. Déblatéra sobre el mito de la Francesa superes woman. Después de haberle respondido y en mujer de negocios cortesana, le tendió la mano para concluir yo no sabe qué mercado. Eso lo sorprendió cualquier lo contado pero Sepp, caballero, consigue guardar la mano para hacerle un baisemain refinado. Este poco de humor termina por aflojar la atmósfera y las risas sucedieron a los de Françoise. Laurie que estaba junto ella, le tomó a su vez la mano y ojos en los ojos, en un francés impecable sin acento extranjero, le declararon que de ordinario, no besaba en una mujer la mano pero otra cosa. La sonrisa que intercambiaron llegó hasta Pedro a través de la hilaridad general. ¡Definitivamente esta mujer lo interesaba! Este debió bienestar, el autor de las líneas que había retenido. Se retrasó un momento sobre esta cara desbordante de vida. Hizo abstracción del rubio cabello que afectaba la parte baja de su nuca, fue de su nariz fina a los ángulos distintos y bien simétricos, remontó sus mejillas llenas derramadas delicadamente de ligeras tareas de rojez, midió la profundidad de sus soportales sourcilières para constatar que esta profundidad no llegaba a disimular el carácter destacado de sus grandes ojos azules a las miradas a su vez perforantes, profundas. Pedro se acordaba de una mujer pintor con quien una vez había discutido de ésotérisme. Al final de su mantenimiento, este artista le había reconocido que había confirmación de sus primicias. De consecuencia tenía dado que los ojos de Pedro eran ojos exorbités, propicios a ser medio. Los ojos de Laurie podían también guardarse en la categoría de los ojos de medio. ¿Yogin o medio? ¿Lo sabía o Pedro iba él a revelar?  

Se recordó la frase: ¡” he caído enamorado hoy y para siempre, hasta después de mi muerte aún!”¿” qué quería decir”después de mi muerte? ¿”Que sabía?” ¡Pedro se había enterado de que el paso de la muerte revela el Amor y que después de, lo que se vive sobre de tierra hecho que lo que se conoció antes de este paso no se es más que pobre amor humano… mais de una pobreza! Manteniendo los ojos de Laurie que eran ojos probablemente de medio, venían a consolidar la primera impresión que había tenido. ¿Cómo había conjeturado que Françoise no era en absoluto insensible a los encantos de Sapho? Se lo sabía ya que Françoise él había reconocido una vez que eso le faltaba desde el tiempo de su adolescencia donde había combinado la gama de las emociones y sensaciones físicas con algunos unas de sus mejores amigas lycéennes o estudiantes. Muy en la expresión de Laurie indicaba que no había exteriorizado simplemente uno de sus fantasmas sino que con conocimiento de causa, había ido dirigida a un discípulo como ella de Sapho. ¡Estaba bien así como habían intercambiado su mensaje y que Pedro lo había descifrado! ¡Qué golpe de?il tenía a este Laurie! Pedro dedujo que tendría asunto a fuerte parte. No pudo no ir lejos ya en sus pensamientos. Françoise le daba algunos golpes de codo en las costas para traerlo a tabla. Todos lo examinaban con una mirada perpleja y un poco burlona. Es cierto que llegar a escaparse también rápidamente de tal guirigay y de una tan encantadora compañía con todo muy acercada, indicaba de una sólida aptitud a a trasladarse de muy para soñar… en deportista realizado, Pedro sin embargo habría añadido: ¡una sólida aptitud a concentrarse! …Bref, las mujeres, de un único ch?ur regulado por Françoise, lo réprimandaient y lo preguntaban. ¿Un soñador, a quien soña? ¿…à mujeres? ¿…et cuáles, a todas o a una sola? ¿…et al cual, mi? ¿Es mí? ¿Y mí? Ellos sonrée divertido y les transmitió en pensamiento que hacían la totalidad parte de su sueño. ¡Al hecho, porqué privarse! Tendría todo tiempo más tarde de tomar a parte Laurie. Por otra parte lo observaba de un aire si compadeciéndose que concluye que en tontos, compartiera por experiencia el dolor que hacía de dejar estos momentos de traslado y felicidad… momentos en que el espíritu les implica en una comunión con todo lo que vive en torno ustedes… primicias de una comunión diferentemente bien más bienaventurada y que se podía conocer a partir de esta vida carnal y terrestre. ¡Laurie era capaz de compartir eso ya que debía conocer estos momentos! Sabía que había una cara ocultada en Pedro al igual que existía una en ella. Acababa de abrir el portillo de este jardín secreto y en su mirada que se compadece, hubo el seguro de la división de las alegrías y dolores que derramaban este camino.  

Pedro pensó en los dolores. Siempre había sabido guardar el control de su conducta para no hundirse en la locura. A través de la experiencia que presentía posible, su libro de a bordo ampliamente embalado de encuentros vitales debía servirle para no que le perdiera con Laurie. Expulsó sus ideas negras y hundió sus ojos en su base. Los otros casi habían terminado la suya. Pero los vidrios habían seguido siendo llenos. Destacó entonces la cabeza, aumentó el vidrio y lanzó un “zum wohl” caluroso. Los otros aumentaron sus vidrios. Sepp reanudó a Pedro en un francés aproximado: “nicht zum wohl pero al amor!” y cada uno prosiguió “al amor!”, Françoise incluida. Pedro se dejó ir a una amplia sonrisa. A pesar de todo había conseguido hacer nacer entre ellos este primer momento de comunión, deber natural de un poeta para quien la poesía consiste sobre todo en actuar sobre las maneras de vivir. Estaba contento de haber encontrado un lugar y a camaradas para vivir más ostensiblemente en poeta. ¡Cuando Pedro había vaciado su base, Barbara se apresuró declarar en francés que después de haber comido bien, quería bien pasar a otras cosas y más solamente a caricias, que querían besar le! ¡Sandra en alemán a su vez declaró que quería rebaisée! Laurie en inglés dice que no esperaba que eso. Françoise tuvo dificultades a decir cualquier cosa. Sepp lo precedió y en francés, explicó que una francesa estaba siempre lista para eso. Antes de que se defendió, Laurie, en francés, se interpuso: “lista para que hay mejor de en amor y de eso yo me encarga!” Sepp dut abandonar su presa y se hizo rabr por Sandra que por el momento deseaba guardarlo cerca ella. En esto, se levantaron y recuperaron el primer piso. La habitación a los colores calientes era desértica. Se desnudaron y se instalaron ambos.

  Françoise tenía la molesta práctica de esperar siempre que algún uno le retirara el calzón. Laurie aprovecha la ocasión y se precipitó sobre ella. A françoise le gustaba resistir un tanto y pegarse antes de ceder. Hizo así mismo con Laurie pero le dejó bastante rápidamente el placer de mostrar a todo su último final de tela. Sopladas por su rabieta, durmieron frente a frente sobre el lado. Laurie le acarició la cara. Françoise se acercó y lo abarcó. En estos casos allí, era todavía ella que se llevaba la decisión. Tras darse mutuamente del placer, se exhibían libremente. Una vez repues, siguieron siendo acostadas ante cara, sus piernas embrolladas, sus manos apretadas. Dan y Pedro quisieron acercarse de sus compañeras. El lugar que habían tomado hacía que ahora Pedro era más próximo a Laurie y Dan de Françoise. No reflexionaron aún más. La comunión de estas dos mujeres les había dado una identidad hasta allí factor. Que fue una u otro, una poseía una parte del otro y viceversa. Se acercaron a la mujer el lo más cerca posible para apretarse contra ella. Pedro no tuvo tiempo de analizar el contacto con el cuerpo de Laurie que se había devuelto y, bajados los ojos, se abandonaba en sus brazos. Françoise en el mismo momento había hecho similar con Dan. Viendo eso y para no implicarse en el intercambio que comenzaba, mientras que la parte espectáculo se terminaba, los dos pares restantes tomaron un poco de distancia y se ocuparon por su parte. Pedro vive que Françoise recibía ya Dan entre sus muslos. Se informó entonces de tomar a esta mujer que se había revelado también repentinamente él. ¡Laurie, consciente también del cariz de los acontecimientos, estaba dispuesto a tomar su tiempo, no a ceder a cualquier impulso carnal sino que debe elaborarse ella también esta alquimia entre sus cuerpos y sus espíritus capaz de triunfar lejos… muy lejos!

  Desde cuánto tiempo le hacía el amor? …Il había ido de su mejilla derecha, del lóbulo de su oreja, su nuca, el perfume de su cabello para recorrer toda la amplitud de su cuerpo. Había pasado por todas partes con sus labios, su nariz, sus ojos, a menudo su lengua y a cada rodeo, Laurie se había doblado, dada la vuelta, abierto aún más. Sabía que al dejar errar como un loco su amante sobre las inmensidades de su territorio, a lo sumo profundo de su ámbito a veces perdería el concepto del tiempo y él sería suyo todo este tiempo desproporcionado del que había hecho los basamentos de su vida más íntima, el más ella. Pedro se había lanzado a esta búsqueda del espacio femenino sabiendo que el momento vendría dónde, perdido sobre esta carne aliviando, no le quedaba ya que por acaparar estos momentos de sensaciones maravillosas y potentes. ¡Y más muy que los apretaría, estos momentos desaparecerían, mientras que otros surgirían puesto que no había dejado esta piel, este calor, este perfume! … movimiento se aceleraría, se tragaría, prosiguiendo el tiempo mientras que tenía este espacio femenino.  

Al igual que lo había conocido con el cuerpo de Françoise, Pedro sabía que al poseer los espacios de este cuerpo femenino, tenía al hueco de sus manos el calor de una vida, las pulsaciones de un c?ur capaz de dar ritmo el intercambio extraordinario entre este hechizo liberador y este calor bienfais condición de la fusión de los seres, fuente cautivante que infaliblemente lo traería a esta vida carnal. Al tomar posesión muy entera de Laurie, no pudo evitar evaluar qué ayuda esta mujer podía aportarle en su trabajo de poeta. ¿En caso de problemas, esta presencia femenina que había participado en la comunión de la carne, por la única fuerza del amor humano, era capaz de desencadenar el rezo salvador que, incluso perdido en el más allá, por la intercesión de serlo superior, le sabría recoger? …Alors los espíritus se encontrarían y el suyo recuperaría más seguramente su cuerpo. Era necesario simplemente que el socio no observa nada de estos alejamientos momentáneos, de estos décorporations minúsculos. Una vez descubierta la ausencia del poeta, debía recurrir al rezo salvador o entonces, si estaba informada perfectamente de esta clase de técnica avanzada, debía, calculado el momento venido a y, si el poeta no estaba de vuelta en un plazo razonable, rogar serle superior traerle su amante perdido más allá de los límites del pensamiento… técnica más avanzada por informe al simple acto de hacer el amor… ¡Por experiencia esta probada vez, Pedro hacía bien más confianza a esta lengua de los cuerpos que a la retórica de su espíritu! El estatuto marital había obstruido un tanto la espontaneidad con la cual, jóvenes amantes, Françoise y él, habían jugado de estas sensaciones potentes. No tomaban ya el tiempo de larga tarde o interminables noches de amor y Pedro se había renunciado ya no pretender ir fuera de su cuerpo cuando éste, agotado de amor no le servía ya a nada. En la época, lo abandonaba alegre, la cabeza sobre el pecho de su maestra y ella, acariciándole el cabello dormitando al mismo tiempo ella incluso, era feliz de esperar así su amante de poeta quien un día iba a llevarlo ella también en estos espacios-tiempo donde, cuando volvía de nuevo en ella, alimentaba con eternidad sus amores, el cuerpo extremo de una nueva fiebre atizada por la marca indeleble de una luz inefable desconocida aqui’parte baja. ¡Pedro tenía el presentimiento a través del calor del cuerpo de Laurie, que acababa de encontrar a una maestra capaz de transmitirle la fuerza elemental con la cual podía volver a salir, abandonar su cuerpo sobre sus senos e ir… ir!

Desde cuánto tiempo le hacía el amor? Ahora había superado la fase donde el tiempo se borra en una continuación infernal. Su espíritu se fue llevado por todas las sensaciones de felicidad que Laurie le había dado y había dado más bien que lo que Pedro con todo había pensado darle. Decidió encontrar todos los momentos de su vida. Éstos se imbricaron los unos en otros y el último momento reapareció en su dimensión global. Laurie… la veía muy entera, no de así lejos que eso. Vive su cuerpo él dormido sobre ella. Percibió que estaba en ella pero aquí, él estaba solo. Allí no había ya que ella y un cuerpo inerte. Aquí so’lo había Pedro, el Pedro de siempre pero quiso que viene cerca él y que juntas vayan a hacer un final del camino, dondequiera pero en lugares donde a nunca serían felices. Lo llamó aún pero no se movía. ¡Permanecía siempre ridículamente allí en parte baja! Alrededor de Pedro, nadie había venido y eso no lo sorprendió no. Esta vez-ci, les había pedido nada… ¡y de todas las maneras, sabía que estaban allí! …Alors enyesó su dolor y se prometió llevar un día, una vez, esta joven mujer viaja con él. ¡Sentía que Laurie tenía una subvención para comunicar íntimamente y ahora que en poco tiempo, habían sobrepasado juntos las fronteras de las convenciones sociales, de las prendas de vestir, de la mojigatería helada para también rápidamente verdaderamente para darse amor, ellos podían ir mucho más lejos! ¡…Il enyesó su dolor y decidió volver de nuevo sentarse su cerca de Laurie… con tal que no haya observado nada o entonces por oportunidad inaudita, con tal que tenga muy incluido de este momento tan raro! Sus ojos se abrieron de nuevo cerca de la cara de Laurie. Era inmóvil, su cara irradiada de felicidad y Pedro allí zulaque las primicias de una división consumida… Abrió de nuevo los ojos y tendió sus labios. Después de haber mezclado su demasiado lleno de saliva, estuvo de acuerdo a llamar su mirada. Abrió mayor sus párpados y lo del la más profundo de sus ojos, de por debajo del negro abierto del pupilo, algo, algún el subió hasta venir en él. 

No había tenido tiempo de reaccionar, era el tiempo de el que controla todo y Pedro fue muy feliz que se interesa por sus amores para dignar venir en él. Quiso fundirse en esta presencia, darle todo para que so’lo permanezca nada más un momento de pero ya esta identidad se había fundido en él. Pedro conocía esta situación; era la segunda vez que eso él llegaba. Hizo juramento nunca de olvidar esta presencia que lo unía en adelante a Laurie. ¿Era porque había rogado a Laurie que viniera hacia él que esta identidad, a falta de Laurie muy entero, había venido él? ¡Pedro ya había utilizado la fuerza del rezo y con éxito! ¡…mais allí, era raro, no le había parecido rogar algún uno de otro que Laurie! ¿…c’ estaba del rezo directo y había podido producir este encuentro? …Pierre, gran escaladeur de vías directas delante del Eterno, se prometió reanudar más tarde esta cuestión… Seguía siendo una última interrogación: ¿Laurie había pedido a esta identidad ir al c?ur de su amante? ¿Había controlado también este momento? ¿Se acordaba?

Laurie se tenía alargado de una manera lánguida. Pedro constató que lo apretaba de sus brazos y sus muslos. Al encontrar todo su espíritu, se dio cuenta que estaba todavía en ella. Al dejarla, incluyó que le había dado su placer. Se dio la vuelta. Pedro Cala en su espalda y sobre su hombro, juntas, se observaron a los alrededores. Nadie tenía cuidado con ellos. Al parecer Françoise y Dan no habían avanzado muy en su placer, otros tampoco. Dedujeron que para ellos, desde las primeras miradas intercambiadas, el tiempo se había acelerado, lo que les había permitido vivir intensamente así. Su mirada esta vez-ci cómplice le confirmó que había vivido al mismo nivel que él menor de los momentos de su intimidad… aunque no hubiera respondido a su llamada. ¡En los ojos de Laurie, Pedro zulaque los contornos de su proyecto ella… para él! Le tomó la mano y dejando toallas y lencería, lo implicó afuera. No prestaron atención a los pares que hacían el amor a bordo de la piscina y ellos se dirigieron hacia la madera y el gran roble, allí donde la noche estaba más presente y el silencio más respetuoso de su intimidad. El calor de este mes de junio los envolvía de bienestar y las sombras del bosque tejían como una alcoba a sus amores.  

¿- Laurie?

– no… ¡no habla!

De Pedro tenía acelera saber lo que había agarrado de su intercambio. Laurie quería aún un breve momento de respiro para encontrar el valor de decir las palabras que agitaban su espíritu, decirlos a este hombre que la había tomado sin rodeos y cuyas horas hace las dos, ella ignoraba hasta la existencia. Fue dirigida él francés.

¡- eh bien ti, sabe tomar a una mujer! Besa su cuerpo y ti violas al mismo tiempo también naturalmente su intimidad más profunda. ¡Tiene un divertido de mechón! …Mais ti no dan miedo. Básicamente, es la primera vez que eso me llega y me apreció… a un mi príncipe encantador no habría hecho mejor para romper mis obstáculos y liberar mi amor. ¿Pero está -tu dispuesto a asumir todo lo que acaba de despertar entre nosotros? ¿Querrá -tu dar todo el tiempo de vivir que va a reclamar este amor que despertó en mi? ¿Mí, lo quiero pero ti, no va -tu a huir una vez de tu delito realizado? …Si no es capaz de encontrar este tiempo, debería tener el derecho a matarte ya que un ser tan maléfique no debería poder seguir siembrando así el desorden en los almas. Ti, ti detenido no a la piel, ni siquiera te ve la carne y la sangre de mi cuerpo, ti excavaciones más lejos para buscar el alma de la gente. ¡Lo que te interesa aquí, no es el club para pares sino un burdel posible para los almas! ¡Te vuelve -tu cuenta del daño que habría podido causar si hubiera caído sobre otra que mí! ¿Quién es -tu pues para olvidar también rápidamente a tu compañera, precipitarte sobre mi para devorarme muy entera y ahora observarme los ojos penauds y las orejas bajadas? ¿Estaría tanto -tu en falta de división como un solitario que no puede soportar más de vivir entre la ciudad en medio lo de otro tan indiferentes a su búsqueda? ¿…Tu me hace pensar en el lobo, conoce -tu al lobo de las estepas de Hermann Hesse ?

Los ojos de Laurie tenían ahora el resplandor de los de un medio. Pedro estuvo convencido de que suyo se amasaban dos almas de la misma respiración de vida.

– Laurie… mi blando Laurie, como ti me hablado bien. ¡No me llamo a Harry Harding y vale mejor que Hermine y Maria reunidas!

So’lo fue a mitad sorprendida de la respuesta precisa de su interlocutor y satisfecha de este pensamiento común, dejó correr más lejos su confianza para intentar ella también implicarse en la intimidad de este hombre extraño pero cultivado, honesto y generoso.

¿- Cree -tu? ¡Pero ti, es un lobo bien de las estepas, incapaz contener tu salvajada con la cual la noche devora la vida machacando bajo tus mandíbulas el c?ur de la gente y que el día vive solitario en medio de la ciudad! ¡…Mon lobo, sepa que soy capaz de ocuparti, gustarte como las pocas a mujeres sabrá gustarte le!

¡- Entonces está como mi! ¿Serían en alguna parte hermano y s?ur y allí… allí, podríamos ya no hacer que uno? ¿Laurie, pueden reunir este a otra parte con nuestros deseos presentes, no hacer que un único planteamiento sin límites?

Instintivamente se había acercado ella y no había pretendido huir. Lo envolvió de sus brazos vigorosos y se clavó contra ella. Ya, sometida, tendía sus labios bajo sus ojos cerrados y se abarcaron detenidamente, hablándose de sus lenguas dentro mismos ellos, calmando al mismo tiempo la impetuosidad de su deseo por caricias sobre sus hombros, sus espaldas. Conjunto, de sus dos manos, formaron las nalgas del otro y para hacer estallar los suspiros que sus narices no podían contener más, cada uno dejó una de sus manos acelerarse hacia el sexo del otro. Una vez el placer de sus sexos extendido a través de sus dos cuerpos hasta electrificar el final de sus lenguas, se dignaron separar sus labios para dejar sus ojos regarse de las sonrisas y de la felicidad de sus caras. Pedro se atrevió entonces a plantearle una cuestión para él esencial. Si Laurie respondía correctamente entonces sus amores tomarían una dimensión incomensurable, lejos de un encuentro momentáneo para fli asiduamente en las fronteras de la eternidad.

¿- Laurie, lo que es que puede explicar esta atracción tan extraña entre nosotros y cuál es la fuerza que hace a nuestra Unión tan verdadero, natural y pura?

– Pedro, conoce la respuesta a tus cuestiones y conozco estas cuestiones así como sus respuestas. Esto se inscribe en la profundidad de nuestras miradas, una profundidad que ni nuestras lenguas, nuestros dedos, nuestros sexos sabrán encontrar penetrando nuestros cuerpos entrelazados… ¡Más arriba que nuestras emociones, una fuerza vibratoria nos tiene reúne en un mismo movimiento, una misma pasión al sentido donde pasión quiere decir movimiento de nuestro alma! Afectamos a un absoluto del cual no podemos ya alejarnos y este absoluto purifica nuestros menores gestos. La fuerza que se oculta detrás tu pasión, es el aire. ¡Mi fuerza, es el fuego! ¡Ve lo que eso va a dar! ¿Conoce -tu el tantrisme? Sí probablemente. Entonces no será necesario más separarnos de esta pasión absoluta para que a ocurrirnos todo lo que va resto puro y espléndido, inatacable para otros…

Pedro no pudo guardar su mirada en los ojos de del amante. Sintió la emoción ganarlo a hacer pasar lágrimas de felicidad sobre sus mejillas. Finalmente acababa de encontrar otro alma para avanzar juntos. Quedaba por confiar a Laurie que había poeta, un dialogueur de almas, algún uno que pretende instaurar una lengua del alma para el alma. ¡Pedro se prometió hablar un día a Laurie de su manera él de leer a Rimbaud… tanto de cosas resultaban ahora posible! Luego se hablaron. Laurie no quería consecuencia presentarse de una manera familiar, decir que era su trabajo, que era su historia. Más tarde en esta noche ya que más tarde habría, todo esto podía ocurrir. Esta noche estaba al misterio de su encuentro y estaba dispuesta a comprometerse aún más en esta búsqueda de su conexión tan particular. Habían abierto grande las puertas del misterio de su encuentro y querían correr a final de respiración, feliz, hasta cruzar el horizonte infinito detrás de el cual, un día, había la razón de su amor nacido algunos minutos y cayó sobre ellos como un regalo del cielo. Laurie y Dan como Françoise y Pedro habían alquilado una habitación para pasar la noche al club; tenían pues todo tiempo. Laurie y Dan ya habían venido varias veces aquí y conocían todas las prácticas. Laurie convenció a Pedro que Françoise estaba entre buenas manos con Dan y que Pedro y podía aislarse otros no encontrarlos más que al desayuno. Tenían una decena de horas ante ellos y toda libertad para aprovecharse. Pedro buscó dos sillones de jardín y sus cojines. Se instalaron bajo el viejo roble, en una esquina bañada de luna. Costa a costa, tomando la mano de su amante en los nuestros, Laurie se dejó ir a las confianzas. 

Sí, era ella que había escrito: ” hoy he caído enamorado para siempre y hasta después de mi muerte aún” ; ¿¿ qué sabía de la muerte? …¿_ conocer camino para lo cruzar y luego volver de nuevo ? Se hizo más suave… 

¡- al observarte, al acariciarte, abarcándote, al gustarte, al dejarte sacar un momento fuera de tu cuerpo, comprobé que conoce el camino y algún el me dijera que puedo tener confianza en ti… Hier yo había caído enamorado, hoy vivo este amor loco y tengo fe en él, creo firmemente que es posible!

Tenía un poco más de veinte años cuando mi padre enfermo se ha muerto. Estaba solo a la casa y le apreté la mano hasta que su cuerpo se vuelva inerte y comience a enfriarse. Había permanecido cerca él mucho tiempo mientras que mi espíritu lo había seguido lejos, muy lejos. Es mi padre que me dijo volver a entrar a la casa. Fue más lejos, en él, en casa pero no hay y nunca más no he tenido la ocasión de volver a salir hacia él. ¿Ti que llega así rápidamente a salir de tu cuerpo para comtemplar la Unión de nuestros sobres carnales, no es que estuvo allí y que tu memoria guarda el rastro de este camino? ¡No está ante los hombres que aprendió a excavar así los almas como acaba de violar los suyos! ¡Estuvo al cabo de tu camino y sabe cómo allí darse la vuelta… llevada mí un día, nada que una vez en casa! …Avec mi padre, estuve en estado de décorporation. Como ti, sé lo que es y es gracias a esta experiencia que sentí próximamente tu décorporation. ¡Mi mirada sobre la vida y la muerte, sobre las experiencias extrasensoriales es muy otro hoy, exactamente como el tien! Era espléndido y soy aún muy feliz hoy pero volvieron a salir no dejar le me tarda de apaciguar este deseo lancinante allí ya delante de la puerta pero por esta vez cruzarla y llenar mi alma de esta luz divina de la que hablan tanto todos los testimonios de los que hicieron este viaje de su alma, esta pasión. Es gracias a esta experiencia que comprendí lo que es el misticismo y el camino de la pasión, de la verdadera pasión y no del camino hacia la cruz del suplicio. Sorprendí en tu mirada un poco de esta luz de más allá que en la época no había hecho más que percibir por la puerta entre abierta. En cuanto a mi francés, mi padre fue militar luego periodista en París. He vivido casi veinte años en París… ¡so’lo estuve al States finalmente para casarme y volver de nuevo con mi marido militar en Alemania… venir aquí algunas veces para para encontrarte finalmente… mi camarada de otro viaje! ¿Quiere bien tomarme con ti también muy que acaba de gustarme, ti que no se lo satisface de abarcar mi boca, mis senos, mis nalgas, mi sexo y que también tuvo la voluntad de abarcar mi alma? 

La tiene simplicidad de esta confesión era pureza propia. Nunca no habría sido capaz de este discernimiento y esta confianza. ¡Después de las puertas de su cuerpo, entreabría su alma! ¿Es lo que que era que este encuentro? Se levantó para venir a clavarse él, le puso sus manos en torno al cuello y naturalmente la apretó, sus manos cavando los riñones de del amante. Atentos al calor que intercambiaban, no transfieren la luna retirarse de las algunas nubes que pasaban en el cielo. Muy rápidamente, sus rayos bañaron de nuevo el claro. Quiso verla bajo esta luz y se levantaron. Laurie se tenía derecho, grande y para que sea aún mayor, se puso a rodillas delante ella. Incluyó sus pensamientos y al imponerle las manos en este ritual sacramental, como presentía esta noche ya haberlo hecho en un tiempo antiguo sobre la cabeza de este mismo amante, pronunció el juramento que le correspondió espontáneamente sobre los labios:

– en la búsqueda de nuestro tiempo futuro y de siempre, te tomo como caballero, guía, sacerdote, amante. ¡Para ti, seré princesa, prêtresse, musa, hada así como lo querrá mi!

 A su vuelta, se puso de pie y ella a rodillas

¡- te recibo como mi princesa, mi musa, mi hada y ganaré para ti nuestro tiempo futuro al país de en casa… así como querrá mi! 

Le ayudó a señalarse, intercambió un casto beso. Mientras que se tenían frente a frente sin saber demasiado que hacer, vive algo por tierra brillar bajo un rayo de luna. Conjeturó que se trataba de un casco de botella, indudablemente de una canilla de cerveza que un huésped bien mal elevado había roto allí. Buscó el casco, lo limpió sumariamente, tomó el brazo de Laurie hubo una ligera muesca para hacer pasar un poco de sangre. Se dejó hacer sin empezar. Cuando su sangre apareció, tomó el brazo de Pedro para hacer así mismo. No sintió nada. Bajo la claridad de la luna que taladraba entre las ramas bajas del viejo roble, mezclaron su sangre luego presentando cada uno su brazo a la boca del otro, ellos presionaron sus labios sobre la incisión para, después de haber tragado la sangre para hay compresión. Pronto la sangre dejó de pasar. 

¿- parisiense américano mi de corazon… hace cómo -tu para para tener la sangre tan caliente?

¡- curioso va! ¡Deja -moi tranquilo! ¡Piense a esto que hemos hecho esta noche! ¡…nous habrían podido no hacerlo y cuánto se seguían siendo pobre, pobre en nuestra suficiente pequeñez de miseria de hombre!

¡- ti, Laurie, leyó a Reich pero nunca ha sido un pequeño hombre! ¡Es mi princesa, mi hada que ensorcelle mi vida y agita mi alma!

Le había dicho esta contraparte lenta, seriamente.

¡- idiota! ¿…tu es siempre tan idiota con tu mujer? ¡Tiene una bonita parte inferior, sabe, tu mujer!

¡- sí, vi bien cuando él lo ha lamido!

Dejó irradiar su buen humor

¡- gusté!

Alargados de nuevo sobre sus sillones de jardín, Pedro hizo el cálculo de todos los puntos comunes, las estrellas, que se habían descubierto: ¡Hesse, Reich, el tantrisme, el misticismo, la experiencia de la vía que cruza la muerte, sus cuerpos hechos para la división más completa de sus placeres, el conocimiento de la lengua de los cuerpos… su voluntad de llegar al cabo del camino, el hecho de que Laurie sepa bien así al francés! Este momento de reflexión y calma desagradó a Laurie. 

– se te casa y tiene niños, un trabajo solicitudes muy tomando y ti así ya ti no se está dispuesto a traicionar el juramento que acabamos de pronunciar… ¡Se dejó triunfar por una pasión oh ciertamente muy pura pero ti solicitudes ya de incluir que al imposible nadie no se tiene! ¿Está eso bien?

¿- no, no hay… pourquoi sería necesario tanto y tanto tiempo para avanzar sobre este camino? Observa, esta noche, todo va muy rápidamente y somos felices. ¡Mañana eso puede aún ir mucho más rápidamente!

– no comprendo la manera en que quiere progresar así rápidamente sobre este camino. Pronuncié próximamente la palabra tantrisme y me parece que lo conozca también. Más que de rapidez, impone un largo aprendizaje para controlar todas las energías del universo que se encuentran en el cuerpo humano. ¡Vayamos de este inicio! Como mi, si piensa seguir un planteamiento tantrique, está dispuesto a olvidar la vía del misticismo cristiano que so’lo ofrece uno hola al fiel a través de su respeto de los principios evangélicos. Está dispuesto a preferir la vía de la iniciación individual que conduce a la liberación suprema y a la entrega absoluta. Es la vía que elegí. Lo no espero lo hola de mi alma habida cuenta de mi conducta respetuosa de los ritos decretados por los hombres y que correspondería a la voluntad divina. Pretendo unirme a mi alma y a partir de esta parcela de presencia divina, pretendo liberarme para recuperar a partir de mi vida terrestre la fuente de eternidad y de conocer nuestra residencia de vida absoluta. Me descarté de la vía de la Mano derecha, la vía de Vishnu que pretende liberar el hombre de sus instintos y liberarlo de la animalidad. Predica la virtud, la disciplina, rechaza la pasión, la embriaguez, la desmesura. Me descarté de esta vía de Apolo que trabajó Grecia y que es la también de la mayoría de las religiones y la del misticismo.

– Es la también de Abraham y Moïse

– Me volví hacia la vía de la Mano izquierda, la que predica la ruptura, el extracción de todas las formas de samsara para llegar a través del sahmadi al nirvana, es la vía de la vuelta de nuestro alma para Dios, la liberación radical del espíritu con relación a todo convenio y a toda dificultad. Esta vía del tantrisme representa para mi un largo aprendizaje. Esta vía nos dice que no existe nada en el universo, ningún principio, ninguna energía que se encuentra de una determinada manera en el cuerpo humano y recíprocamente. Conocer uno es conocer el otro. Ser y conocer so’lo hacen uno, el que es sí es también el Brahmane

Pedro hizo un gesto para que detenga réc de su profesión de fe. Laurie incluyó pero no había terminado. Recadra su observación.

¡- Me déje me conjeturar! Estamos por consiguiente a favor de la misma vía pero ti es más tranquilo, más pasivo, tu assertivité está basado aún más en comportamientos de fuga, quiere escaparse de este mundo y desea tomar el primer camino, el camino del asc y de la soledad. Es el camino de los shivaïtes y a la manera de la que hace el amor, podría ser un shiva tantrique aunque tenga dificultades a imaginarti en situaciones extremas. ¡Puede creer mientras que mi camino es el segundo, el más destructivo pero observaciones, mí aún no rocé tu alma! Piensa que me gusta recurrir al alcohol, a la droga, a los actos moralmente condenables y sobre todo al erotismo para alcanzar la entrega. Sí, sería un shiva tantrique y para para ser aún más preciso y eso corresponde poco a que conozco ti, ti sería ti el varón: Shiva, la conciencia tranquila, inmutable e infinita, el dios tutelar de todos los monjes y ascetas, la pasividad activa y sería Shakti, el principio femenino, la energía del movimiento, la sustancia universal, la naturaleza complementaria del espíritu, la actividad pasiva. ¡Conjunto Shiva y Shakti so’lo hacen uno como nosotros, podemos a partir de esta noche ya no hacer que uno!

– para Shiva, tiene razón, estoy más bien del estilo solitario, monje o si quiere, lobo solitario, a lobo estepas. En cuanto al par Shiva-Shakti que son inseparables y so’lo hacen uno, eso me recuerda al faraón. Faraón es también sobre todo un par consagrado que une dos principios opuestos: el masculino y el femenino en una búsqueda de un mismo androgénéité original y sobrenatural. Nuestras fuentes culturales no representan ningún obstáculo para una comprensión común de este conocimiento.

– ve, no me equivoco con ti. Mi objetivo, es que vuelva a salir con mi sobre el camino de nuestra eternidad. Hay, volvió de nuevo sano y excepto y debe ahora volver a salir con algún uno de otro. Es tu misión y no podrá hay aunque experimenta aún la iluminación como una herida. Nuestras carreteras acaban de cruzarse y ya hice juramento de ayudarte. Conozco perfectamente este miedo de corresponder a la vida humana para hablar y enseñar después del contacto de la muerte y de lo que prescinde cuando nuestro alma se prepara a dejar su sobre carnal cuando ésta es víctima de un accidente, de una herida, de una agresión mortal. Ya ayudé a hombres a reanudar el camino después de tales momentos. ¡Será mi yogin ya que tiene un poder sobrenatural y seré tu shakti, esta potencia femenina que inspira el yogin en del ascèse, que ataca a sus demonios él y se alimenta para que prosiga dado que cada vez más se liberó el camino en!

¡- me sí! ¡La mujer es el futuro del hombre!

¿- te gusta la poesía? No tenga miedo de responderme, la poesía no es un obstáculo sobre este camino sino nada vale una buena práctica del yoga, un despertador del kundalini y un trabajo sobre los chakra.

Pedro rehizo un gesto esta vez más vivo para intentar decidir el discurso de su interlocutora. Laurie condescendió a par sus palabras. Observó la gran mesa redonda bajo el viejo roble hubo. Se pronunció del loto, meditó un momento luego ella entró en movimiento. 

Penetró en la fascinación de esta danza sobre sombras chinas. Su cultura le hizo admitir que veía una danza de Shiva. Laurie pasaba de secuencias lascivas a ansiedades espantosas. La energía que animaba la danza no dejaba de mover nuevas formas siempre en una verdadera embriaguez extatique. Laurie gastaba una energía tan increíble que Pedro convino que le demostraba todo el beneficio de una larga práctica de estas disciplinas espirituales. Este cuerpo, le parecía ahora haberlo acariciado, abarcado, lamido, penetrado en un tiempo muy remoto. La magia de la danza, la provocación, el desorden eterno causado por la feminidad tan abiertamente desnudada abrían gran su espíritu. La sincronización de los gestos de Laurie con las ideas, la emoción que nacía en el espíritu de Pedro, generaba una influencia bienfais fuente de una confianza total entre el poeta y su nueva musa. Pedro se dejó llevar hacia las dimensiones superiores en busca del principio motriz de esta energía y esta gracia excepcionales. Laurie no tenía ya cuidado con él, parecía haber ido lejos. En un ritmo regular, se puso a afectar violentamente la tabla de sus brazos. No experimentaba ya ningún dolor y afectaba cada vez más muy como para volver el ruido aún más que apagaban de sus brazos que afectaban la madera. Se inclinaba a continuación para alargar los brazos luego lanzaba su busto detrás. Pedro se convertía en impaciente. Incluía perfectamente lo que Laurie hacía. ¿A una gracia muy femenina, añadía la expresión de una fuerza masculina y belicosa, la danza se volvió entonces la expresión de un equilibrio inédito, fabuloso entre el masculino y el femenino pero hasta dónde quería ir? Había superado la fase del dolor y si su cuerpo podía para ojos profanos, abrutir de violencia, su espíritu se había borrado delante de los reencuentros de su alma con su serie de espacio-tiempo muy amasado de inmortalidad. Le había hablado cuando haciendo el amor, había estado sobre ella en estado momentáneo de décorporation; ¿¿# llegaría también ahora hasta se décorp una vez terminado la ansiedad y vuelto a caer inerte su cuerpo? ¿Debía incorporársela? ¿Pero qué hacía? 

Repentinamente, Laurie decidió su danza exacerbada. Tendió su brazo para invitar a Pedro a incorporársela sobre la gran mesa redonda. Se realizó. Dobló las rodillas de su amante para poder venir a sentarse sobre sus muslos. Pedro se estremece percibiendo el calor intenso del cuerpo de Laurie. Buscó sobre ella algunas gotas de sudor y su frescura m pero su piel no encontró ninguna. Lo rodeó entonces con sus brazos para tenerla muy contra él e impregnarse más aún de este fuego suma todo bienfaisant. Estos momentos eran buenos, simple y humanamente buenos, lejos de todos los tabúes. De Pedro se preguntó que podía no apreciar tales momentos, tal danza, un calor humano tan fuerte y cautivante. Laurie tenía bien razón: a fuerza de aguantar los sarcasmos o el desprecio de sus vecinos, se había aislado para convertirse en completamente una clase de lobo de las estepas. No podía mentirse; le había gustado el libro de Hermann Hesse aunque… il se haya imaginado algo de peor aún para Harry.

¿Creía verdaderamente que el encuentro de un Hermine y de una Maria pudiera hacer sacar el lobo de su guarida para educarlo al fox-trot o Boston? Al parecer Laurie le presentaba un cualquier otro programa ciertamente prohibido en los salones mundanos. Pedro hasta ahora había admitido la suerte de los poetas maudits, de los profetas martyrisés y matados. ¡Creía al sacrificio expiatorio, al abandono del cuerpo como precio de la entrega del alma pero no al perdón de la vida carnal y aquí que Laurie se ponía a reir bajo su nariz! 

– siempre he soñado domesticar a un hombre como ti bailando así ante él… Porque alcanzó un grado supremo en la iniciación y como lo prescribe también la tradición de los misterios griegas para los que alcanzaron este grado de initiation[1 ], tiene derecho a ver la imagen de la mujer enteramente desnuda y en mi danza tomé cuidado de mostrarte todas las curvas, todas las formas que pueden tomar las partes de mi cuerpo propio los más íntimos. ¡Nunca Dan no la ha visto bailar así con tanto provocación! ¡En mi trabajo, no tengo el derecho a hacerlo entonces aprovechada en! ¿Te tegústa realmente o ti te desconfiado de todo eso? ¡Reflexionados, es una cuestión importante!

– Laurie… ¡piensa domesticarme en mi provocante y tiene guadaña! Te quiero y me no desconfío de lo que viene ti. Sé como ti que podemos desarrollar nuevos poderes de conciencia y como ti la aprendí la a desconfiar de estos poderes supranormales que pueden perturbar el informe con nuestro alma. Pero permiten que te cito Paul Eluard: “no me gusto, me gustan mis amores, no los impongo pero yo las prohibiciones”. ¡Este amor, soy capaz de defenderlo incluso contra ti si no quisiera ya que más que ti, yo necesito esta fuente de amor en la cual no hacemos ya que uno y esto desde la eternidad! ¡Desconfíe ti poderes supranormales pero deja viajar tu alma más allá de la fase del décorporation y encuentra la fuente divina del amor! ¡Prohibición tus amores como el poeta!

¡- Oh mi lobo! ¿Pero es un poeta?

¡- soy tu yogin y debe quitarme de mis demonios, intentarme con las instalaciones más lascivas de tu cuerpo y el erotismo más tórrido en el punto que me volviera perfectamente feliz y libre de gustar como nunca no se puede gustar! ¡Me quisiera convertirme en más bien eso que de seguir siendo un poeta ilustre entre toda la gente que no tiene nada a decir o no se atreven a no hablar!

¿- Sabe -tu que un shakti tiene también el poder de destruir, el poder de iluminar el yogin sometiéndolo a horribles sufrimientos, el poder de salvarlo fingiendo perderlo? ¡Pero tranquiliza! Hay dos razones para que no te haga ningún mal. ¡Escucha -moi, es muy serio!

Tout en primer lugar hay una razón doctrinal. El tantrisme no tiene la intención seria de invertir el orden establecido. Su perspectiva no es ni política, ni social sino iniciática, individual. No tiene en cuenta las castas sociales y es muy próximo a anarquismo espiritual. Es optimista ya que cada uno por su energía individual y cualquiera que sea su posición social, puede llegar a la liberación suprema. Ciertamente, es tan pesimista ya que no preve a la humanidad en un sentido de progreso pero de regresión. Va dirigido a un hombre decaído, al hombre moderno envenenado. Nuestro tiempo es tantrique en el sentido negativo y peligroso donde despertó una energía que es cada vez menos capaz de controlar, la energía de los fascismos y la energía nuclear. Entonces como lo quiere la doctrina, debería servirte como poción todas estas desdichas del mundo para que como yogin shiva tantrique te ayude a transformar este veneno en remedio. Ve, las desdichas que te aportaré no serviré que a eso: ¡a volver remedios!

¡- Tan en Baudelaire dónde el alquimista del verbo transforma lodo en oro! ¡Tan también en la iglesia cristiana donde los pecados deben expiés y presentarse al Cristo para que los transforme debido a hola para nuestro alma… ce que representa sin embargo una expoliación de la capacidad tantrique para el hombre, una confiscación de ésta en favor de la clero al amparo u’nicamente de la adivinación de esta capacidad! ¡Y esta adivinación sirve aún de excusa a los miembros de la clero que deben su incapacidad para transformar ellos mismos estas desdichas en remedios, ellos los criados de Dios que no pueden sino presentarle nuestros pecados y nuestras desdichas en sus rezos de intercesión para él! ¡Qué empobrecimiento espiritual para consolidar esta pretensión de los adeptos de la potencia temporal y espiritual del papado! ¡Hay bien allí presencia de la ley del monopolio que para enriquecerse, empobrece su medio ambiente! ¿Y ti sería incapaz de hacerme el mal?

¡- Sí! ¡Soy aún incapaz de hacerte el mal ya que en mi vida profesional, me codeo con demasiada desdicha para querer aún a algún uno! ¡Creo que debe tener aquí un poco conocimiento de mi vida!

Laurie estaba lista para volver a su juventud.

En una voz suave, tranquila y medida, se dijo a sí misma más detalles a su amante.

Nacida en París, había pasado su juventud y adolescencia allí.

Había comenzado sus estudios en la escuela Notre-Dame des Oiseaux d’Auteuil, un distrito donde vivían sus padres y luego su padre había sostenido que tomó cursos en la escuela alsaciana. Finalmente había cruzado el jardín de Luxemburgo para estudiar psicología en la Sorbona.

Su padre era soldado que periodista. Miembro de un comando OSS Durante la guerra, había servido durante la campaña francesa en el personal general del general Bradley. A petición suya, había mantenido estrechos lazos con las fuerzas francesas de la resistencia y se derritió en el primer ejército francés. Había pedido pelear en Alsacia durante el invierno de 1944-1945 junto a los ex camaradas de Maquis y había sido uno de los primeros oficiales aliados en visitar el campo de exterminio nazi de Struthof. Largo asesor militar en la Embajada Americana en París, no quería abandonar París durante el lanzamiento de la OTAN Francia para unirse a Heidelberg, donde un puesto lo esperaba. Escribió para los periódicos y fue en este momento que había tomado una esposa en la persona de una niña de una amiga de la familia por la suya en Filadelfia. Un año antes de morir, se había ido para establecerse en Filadelfia y Laurie, que acababan de completar sus estudios, habían seguido a sus padres.

Laurie se convierte en “Surogate”

En Filadelfia, un amigo de su padre, un psicólogo que envejece, le había ofrecido un poco a Boutade para poner en práctica su conocimiento psicológico usando sus innegables encantos juveniles y mujeres … todo esto durante las terapias secretas a la magia sensual y por el bien del bien del bien del bien del bien del bien del bien los enfermos. Los enlaces con este viejo amigo rápidamente se convirtieron en complicidad clandestina. Este anciano iluminado entendió ciertas cosas de la existencia humana y estaba buscando un cómplice para poner en práctica sus lecciones de vida.

Por desafío, ella había acordado convertirse en una “Surogate”. Se había convertido en la pareja de hombres que tenían que hacer ejercicios prácticos para superar las inhibiciones, las obsesiones o los problemas sexuales: la eyaculación prematura, la pedofilia, los impulsos sexuales anormales, etc. Ella ha estado llevando a cabo esta actividad que estaba haciendo ejercicio mientras vivía mientras vivía mientras vivía Continuando una vaga educación superior antes de conocer a Dan.

Ella admitió a Pierre que había aprendido a amar estos momentos íntimos cuando la verdad de los seres está buscando más intensamente y que le gustaba sentir el poder que era capaz de expresar su cuerpo, su desnudez, su feminidad plena. Esta experiencia le había permitido esta noche pasar sin temor a conocer a Stone y leer con calma a través del aspecto profundo de su amante. Ella lo repite que sin esta experiencia preliminar, como muchas otras mujeres, se habría sorprendido por tal contacto e indignado por tal intromisión en los rincones más secretos de su alma.

Laurie y Dan

Dan había venido a consultar al psicólogo después de un accidente en el campo de tiro.

Acababa de salir de West Point y dirigió el entrenamiento de reclutamiento. Durante el entrenamiento en las granadas lanzando, los soldados tuvieron que tirar el explosivo detrás de una pared en un pozo. No había ocurrido una detonación después de un lanzamiento y, como oficial, estaba equipado con una bayoneta al final de un largo palo para caminar en la pared en busca de esta granada para detonarla usando una nueva.

Ese día, un sargento quería cuidar la operación y Dan lo dejó hacerlo. Tan pronto como comenzó la búsqueda de la granada que explotó en el pozo y lo mató.

Dan se sintió culpable por dejar que un oficial tan inexperto no comisionado. Lo marcó profundamente, especialmente porque no se había recuperado por completo del estrés almacenado durante sus estudios para salir entre los primeros en su promoción. Muy rápidamente, perdió toda la motivación. Sintió esta muerte como una tarea en un uniforme que un día brillaba bajo las más altas responsabilidades militares. Esta actitud comenzó a comprometer su carrera cuando se le aconsejó que se encontrara con un psicólogo.

Elige al amigo del padre de Laurie porque este psicólogo era conocido por cuidar a los ex soldados. El psicólogo al final de sus expedientes, se arriesgó a ofrecerle una sesión de relajación con Laurie. Ella esperó en la habitación del motel habitual, desnuda como siempre, le abrió la puerta y se suspendió, entrenó al hermoso oficial para la cama. Ella solo tuvo tiempo de decirle que fue ella quien ordenó, que Dan admitió derrotado e hizo su amor por todas sus fuerzas, al involucrarse completamente sin ninguna vergüenza de él.

Laurie, riendo, atestiguó que en unos minutos Dan había expulsado sus ideas oscuras y había descubierto a la mujer de su vida. Al sonrojarse esta vez, Laurie admitió que había sido suficiente para encontrarse solo una vez, una segunda, la mirada de Dan bajo su cabeza de oficial para que se enamorara. Riendo, explicó que después de la partida de Dan, se preguntó si no había destrozado su uniforme porque no sabía cómo se había encontrado desnuda tan rápido.

Había regresado por segunda vez para continuar el tratamiento y esta vez, lo había vestido para ir y pasar la tarde en una terraza de café junto al mar. Había hablado de su ideal como joven oficial estadounidense y como un buen psicólogo se graduó Del Sorbono, ella le había citado a Pavese:

“No hay nada más traumático que no haber alcanzado su ideal, excepto haberlo logrado”.

Dan había acordado con bastante rapidez con ella que tener un ideal, es una forma de soñar y que el sueño es maya.

Ella le había contado sobre su camino espiritual iluminado según las enseñanzas orientales y también le contó lo que había percibido del ideal militar de su padre. Esta discusión en el borde del Atlántico los había complacido mucho y Laurie le confesó a Pierre que tenía, esta tarde allí, había trepado detrás del hermoso oficial las rocas de la costa a una pequeña playa desierta donde se había dejado estar Desnudado y amado, ya que nunca antes había sido el caso.

Él había aceptado que ella continuó su actividad para tratar a las personas necesitadas, ya que estaba convencido de los poderes salvadores de un Surogate. En Europa, cuando había seguido a su oficial, por supuesto, Laurie no había reanudado esta actividad, lo que lamentaba porque estima que podría tratar a sus pacientes mejor dándoles medicamentos. Estaba interesada en las costumbres de los alemanes y había encontrado la dirección de este club. Las noches aquí en Amadeus y Regina inmediatamente le habían gustado y hoy estaba feliz de haber conocido a Pierre. Ella continuó como serena:

Laurie trata a los soldados traumatizados por la guerra.

– Trabajo en un hospital militar cerca de aquí, en el lado de Pirmasens, donde vivimos. Principalmente cuido el trauma psíquico que sigue los golpes nerviosos debido a la violencia, al dolor causado por la tortura, escenas de masacre. Las primeras terapias en decir a los pacientes no dijeron nada positivo y que los hacemos seguir tratamientos más pesados. También estoy en relación con neurólogos que hacen electroencefalogramas o, a veces, muertes.

En algunos, el shock ha sido demasiado violento y el paciente es irrecuperable, se va para un manicomio loco. El ejército estadounidense es tratado aquí por mucha gente antes de hacer que regresen a su familia en los Estados Unidos. Se depositan en Ramstein o directamente en Frankfurt. A veces me llaman consultas en Wiesbaden … aquí, estamos tranquilos, puedo trabajar mejor con mis pacientes, pero no tengo derecho a usar ciertas prácticas.

¡No puedo trabajar con ellos como Surogate o hacer bailes shiva! Actualmente colaboro en un grupo de trabajo internacional que intenta tratar a las víctimas del drama del ex yugoslavia, recibimos un cierto número aquí en Alemania y con Dan, durante sus permisos, fuimos tres veces a Zagreb y debemos regresar. Más a menudo en los próximos meses.

No sé si este enfoque es un ideal humanitario y, por lo tanto, durante gran parte, el sueño o si el tratamiento médico es posible aliviar en estas miles de mentes, los horrores vivieron. Todos los días, me froto con las atrocidades cometidas por delincuentes y terroristas, entonces, entiendes, todavía no reviviré esto contigo.

¡Quiero conocer la luz, la vida!

Juntos quiero conocer la luz, la vida, la felicidad de encontrar nuestra eternidad. No puedo preguntarle a Dan u otros amigos porque aún no han estado al final de su camino. Por contras ya acompañé a mi padre y algunos pacientes en el camino que comienza desde esta existencia terrenal y ahora quiero ir allí y ir de inmediato mientras te encontré porque temo no poder soportar todas estas crueldades .

Verás, Pierre, trabajo en la miseria de los hombres y no puedo cambiar mucho, ¡está muy lejos del tantrismo!

– Transformas algunas desgracias en la curación, no es tan lejos que digas.

– ¿Crees que sané mucho con los métodos impuestos?

– Dan practica estas disciplinas orientales contigo?

– A menudo hacemos la sofrología juntos, ¿ya lo han hecho?

– no, jamás. He escuchado hablar. De este lado, soy un verdadero ignorante, ¡pero quiero aprender!

– y bien ! Hagamos un descenso sofrón … esta es la primera vez que Françoise y tú vienes aquí, ¿verdad? Hemos sido la sexta o séptima vez por un año que hemos estado en RFA. En este momento, alrededor de la 1 de la mañana, la mayoría de las parejas descansan antes de ir. Están en el restaurante. Pronto solo seguirán siendo las parejas que duermen aquí y algunas particularmente emocionadas.

Entre 1 hora y dos de la mañana, también verá que un buen número de hombres solo invierte las habitaciones. Sus esposas, cansadas y ya reproducidas de sexo, charlan entre sí en la sala de estar o en el restaurante y autorizan a sus hombres a correr con las pocas mujeres que todavía están en acción. Este último generalmente esperaba a que estas últimas horas finalmente entraran en el baile. Saben que tendrán a su disposición a todos estos hombres solos y que solo serán algunos por habitación. Entre esta asistencia reducida, podrán darle más rienda suelta a su sexualidad desenfrenada. Créeme, estas son las horas más populares del club.

Solo descubrí esta práctica de nuestras dos últimas noches que pasan aquí. Fue después de la primera experiencia de estas horas particulares que escribí en el registro de invitados que lees … Es mágico, todas estas manos que te acarician, estos sexos que te tocan, te penetran donde puedan. En general, dos mujeres se van a la cama una al lado de la otra y se excitan en una especie de competencia en la que la que ha estado más lejos en su placer y habrá dado placer a la mayor cantidad de hombres y mujeres.

Verá, Pierre, no perdimos nuestro tiempo juntos y un buen ascendencia de segundo lugar definitivamente nos pondrá además de explotar entre todos estos placeres carnales … ¿qué? ¿Ya estás de mal humor la primera oferta de tu shakti? … ¡Déjate ir un poco en mi camino hacia mí! ¡Te quedarás cerca de mí y quiero verte besar a todas las mujeres presentes en la habitación donde estaremos! Tomaremos muchos condones en la caja de arriba en frente de las habitaciones y los pondré con la boca … si, ya verá, estoy seguro de que no sabes cómo ponerlos !

Verás, mi lobo, soy más directo y rápido que Hermine y Maria combinados, ¡pero es normal! … Soy tu shakti, tu diosa del amor y todas las penas que harás para hacer el amor a todas estas mujeres se convertirán en una de tus mejores remedios de la vida … sí … ¡sí!

Ejercicio de sofrología

Laurie se mudó de piedra, pero se quedaron sentados en la licencia en la gran mesa redonda. Laurie tomó una voz puesta y medida para invitar a Pierre a seguirla en un ascendencia de segundo lugar.

Françoise y Dan habían percibido la desaceleración en el ritmo de la noche y abandonando a las otras dos parejas, habían comenzado a buscar a sus respectivos cónyuges. Françoise se disfrutó en compañía de Dan y ella trató de diálogo con él hablando inglés. La había masajeado sensualmente después de la ducha lo que amaba y ella había aceptado seguirla en la habitación oscura con máscaras diabólicas para nuevos momentos de intimidad inquietante.

Sin embargo, la desaparición momentánea de Pierre le preocupó. Ella sabía que no estaba acostumbrado a dar los primeros pasos en este tipo de circunstancias; ¿Estaba bajo el pulgar de esta Laurie y qué hizo? Después de un buen cuarto de hora de investigación en la casa y alrededor de la piscina, Dan tuvo la idea de buscarlos en el borde del bosque bajo el gran roble. Hizo un gesto para que Françoise se acercara al silencio. Permanecieron en la oscuridad para escuchar lo que dijo Laurie.

Después de unos minutos, Dan le explicó a Françoise que Laurie y Pierre hicieron ejercicios de sofrología. Salió de la oscuridad para mostrarse a su esposa y este último acortó el ejercicio para volver a la percepción normal.

La habitación azul

Dan llegó por el tamaño que su esposa y Françoise le pidieron a su esposo un aire sospechoso sobre lo que había hecho. Laurie vino al rescate de Stone para admirar, decirle a Françoise y Dan su discusión sobre los hombres sabios orientales. Pierre felicitó a Laurie y Dan por su compromiso con la causa humanitaria y su acción a favor de las víctimas del conflicto de la antigua Yugoslavia. Françoise, asombrada, admitió que con Dan, no habían tratado de conocerse más. Laurie, burlándose, aprovechó la oportunidad para empujarla para decir que había dejado que su amor fuera amor con Dan. Empujó su intervención para predecir que Dan había tomado su estilo perrito en la habitación oscura. Françoise, un poco confundida, respondió afirmativamente. Laurie tomó a un profesor para explicarle que antes de una hora por la mañana, solo había en esta habitación oscura donde las parejas tomaron posiciones llamativas. Por otro lado, ahora, todos podrían ir a la sala azul o aquella en la hamaca y hacer lo que les gustaría.

Françoise expresó saciedad y comienzo de fatiga. Al arrastrar a Pierre y Dan de la mano, Laurie se rió. Françoise pidió su propio amor para seguirlos. En la sala azul, tres parejas jóvenes se amaban; Las chicas superpusieron a sus hombres uno al lado del otro. Mostraron su espalda a aquellos que entraron en la habitación en cuanto a los hombres solteros que miraron detrás de las ventanas de la puerta oscilante. Como estas parejas estaban en el fondo de la habitación, Dan, Pierre, Laurie y Françoise yacían a lo largo de la pared, perpendicular a las tres parejas.

Respetaron la intimidad de los primeros ocupantes de la obra y los miraban, esperaron a que se unieran. Françoise estaba acostado junto a Laurie. Cuando la niña del Medio volvió a observar a sus dos amigos y, con su mano, fue a la acaricia en vista de todos, las nalgas de los otros dos, así como los sexos en los que se activaban, Laurie recurrió a su pareja para el ‘ Bese suavemente y comparte el agradable trastorno que lo había comprendido frente a este espectáculo secreto. Luego dio el comienzo de la partida y tirando de su esposo hacia ella en el medio de la habitación, colocó la cabeza mirando a Françoise para que su hombre tomara el estilo perrito. Las otras tres parejas cambiaron de posición. Las chicas se colocaron como Laurie en un arco de un círculo. Uno de ellos tiró de las piernas de Françoise hasta que colocaron su polla en la boca. Ella abrió los muslos de par en par.

Un joven le indicó a Pierre que tomara su lugar frente a las nalgas ofrecidas, le dio un condón y luego se arrodilló antes de la cara de Françoise después de haber protegido su polla también de un condón. La fiesta duró más de una hora; Cada vez que Laurie pidió una gradación en las posturas, el amor. Se arrojó varias veces para guiar un pene en el sexo de su amiga entonces, de sus dedos, abrió su trasero para que los hombres actuales la llevaron así.

Mientras que las tres parejas de jóvenes se habían ido exhausto, Laurie mantuvo ese Dan y Pierre parados frente a ellos. No quedaba nadie en la habitación, o detrás de la puerta principal. Los convencieron a su vez hasta que los eyacularon por última vez en sus rostros, en sus bocas y luego satisfechos, en un último beso, compartieron este magnífico regalo en promesa de una amistad profunda que ya no necesitaba ninguna protección contra una cruel falta de falta de falta de confianza. Rampus de fatiga, los cuatro se fueron a la cama y se reunieron con el desayuno. Laurie tiró de Pierre por el brazo a su cama y Dan llevó a Françoise por la cintura para llevarla a su habitación. Pierre lo vio desaparecer al final del corredor. Dan, mientras caminaba, con una mano masajeó sus nalgas.

La próxima reunión

“Volveremos el viernes en quince días, espero que nos volvamos a encontrar”. En el momento de la partida, Laurie había dicho que sin preocuparse, con un aire casi separado. Pierre no respondió, la vio subir al auto.

Día tras día Françoise y Pierre habían confiado los sentimientos que anoche se habían manifestado. Françoise entendió y admitió todo lo que Pierre le contó sobre Laurie, pero al principio no quería volver a esta fecha en Amadeus y Regina. Era demasiado temprano para ella. Ella no habría terminado de digerir, asimilando por completo todos estos momentos allí. Juisseur, ella hizo el tiempo de maduración de los recuerdos en la mente en mente.

Cuando Pierre entendió esto, le dio una lección rápida sobre la aprensión del tiempo, hizo una presentación comparativa en la forma de medir el espacio y el tiempo y en el buen intelectual, antiguos ciencias, después de haber descubierto un indicio de buen significado o incluso lógica. Las deslumbrantes palabras de su esposo poeta, aceptó regresar el viernes acordado.

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